De trampas propias y ajenas



Desde hace unos meses vemos consolidarse en Brasil una política autoritaria y violenta contra las mujeres y los grupos sociales más vulnerables; y contra los colectivos que no están fuera ni dentro de Brasil conceptualmente: los indígenas. Cuya demanda fundamental es existir sin estado. Cuyo atrevimiento es nunca haber dejado de resistir.

Mientras tanto un Presidente que está siendo investigado por corrupción pasiva autoriza la acción del ejército en un estado quebrado por la crisis política y económica para contener una masa de criminales y criminalizados generados por el modelo económico que defiende, pero esa masa no tiene la misma capacidad de respuesta bélica e influencia política sobre el sistema judicial, contribuyendo al silencioso y silenciado genocidio de los negros: vidas históricamente precarizadas; víctimas de guerras que no son suyas.

Como migrante me toca vivir la rara experiencia de acompañar todos los procesos a través de los medios de comunicación y de los relatos familiares. También me toca vivir la experiencia de participar en la militancia partidaria uruguaya y circular en todos sus ámbitos y en todas sus discusiones locales, nacionales e internacionales.

¿Cuáles son los principales asuntos? Sendic y Venezuela. Tanto en relación a uno como al otro hay una línea de pensamiento común que pasa por el crimen y el castigo o la reconstitución de la moral de izquierda. Lo que me hace pensar que la estrategia de la derecha y de sus amigos mediáticos ha funcionado, nos hemos ocupado de su relato, además de corroer lo que nos queda de unidad en prol de la manutención de la buena imagen delante de la opinión pública. Y por opinión pública tengo muchas dudas de quiénes han sido los receptores de los mensajes.

La estrategia de defensa puede funcionar en el corto plazo, pero en el largo plazo: ¿Nos dará el tiempo de nuestras vidas cotidianas para discutir y relanzar nuestro proyecto?

Algunos de los errores más rotundos de los países que menciono fue alejarse de la crítica por izquierda (en mi opinión, el error primordial), repetir modelos patriarcales, verticales y demagógicos de gobierno y transar con el neoliberalismo en materia económica muchas veces a beneficio propio. ¿Por qué no son estos los temas que están sobre la mesa?

Parte de la discusión en relación a la incorporación de prácticas feministas de izquierda – y hablo desde el lugar de la militancia partidaria – es optimizar el tiempo de militancia que tenemos para dedicarnos a los cuidados varios que antes permitían a los hombres estar 4 horas en una asamblea y llegar en casa con la cena pronta. Pero hoy los temas de discusión, los invitados, los tiempos y los formatos siguen siendo elegidos por el hombre blanco, como dirían los indígenas. Y el objetivo también sigue siendo el mismo: no tocar el aparato al cual servimos y que nos provee como nunca, parafraseando Adorno y Horkheimer.

 

Mariana Cattoi

Imagen: “A Primeira Missa no Brasil” – Victor Meirelles de Lima , 1860 Museu Nacional de Belas Artes

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