Interrogantes sobre el TLC Mercosur – Unión Europea



En estos días, surgen noticias en los medios de comunicación de la probable firma de un Tratado de Libre Comercio entre el  Mercosur y la Unión Europea, después de muchos años de postergaciones. Al estilo de estos tratados, es muy poco lo que se conoce sobre sus contenidos. Rigen principios de secretismo, que no son propios de la democracia. En Uruguay poco se habla de sus contenidos. La bancada parlamentaria frentista, que en última instancia va a tener que aprobar cualquier acuerdo comercial, no tiene ninguna información. Tampoco la fuerza política. En los hechos, la información aparece después de firmado los acuerdos, lo que limita enormemente la tarea parlamentaria, porque el parlamento solo puede aprobarlo, rechazarlo, no tratarlo o devolverlo. No tiene posibilidad de realizar ninguna modificación.  Tampoco se conocen estudios de impactos del probable acuerdo, especialmente sobre el empleo productivo, ni tampoco sobre las posibilidades de diversificación de las exportaciones.

En la actualidad, Uruguay ha logrado un dinamismo importante en sus exportaciones. Sin acuerdos comerciales ha logrado colocar sus productos en más de 160 mercados, por lo que la falta de acuerdos no ha significado una merma de su inserción económica internacional. Vende fundamentalmente al mundo productos primarios, siendo China su principal  comprador, donde colocamos soja, madera y carne. Pero a la región le vendemos productos manufactureros. 70% de las exportaciones al Mercosur son de productos manufactureros. El 90% de las exportaciones de bienes a la Argentina son de rubros manufactureros. Argentina además, es el principal comprador de servicios.

¿Cómo puede afectar un TLC Mercosur-Unión Europea a la economía de Uruguay? Mercosur bajaría tarifas en el tiempo, hasta eliminarlas, de rubros manufactureros. ¿Cuáles serían los rubros que podrían competir con la industria manufacturera europea, por ejemplo con la de Alemania? Sebastián Torres en su estudio de “Impactos sectoriales en Uruguay de la firma de un tratado de libre comercio entre Mercosur y China” muestra a las claras como afectaría los niveles de empleo en los diversos sectores de la  industria manufacturera uruguaya. No se sienten las lógicas preocupaciones de los empresarios industriales de los países del Mercosur, frente a este acuerdo que puede comprometer el mantenimiento de sus empresas. Además de la rebaja tarifaria, Argentina, Brasil y Uruguay, son muy caros en dólares, fruto de un elevado atraso cambiario, que afecta la competitividad de sus exportaciones, como la dificultad de competir con importaciones baratas por dicho atraso. ¿Los rubros manufactureros que Uruguay exporta a Argentina y Brasil se podrán mantener, podrán competir con los mismos bienes provenientes de la Unión Europea? Dichas exportaciones derivaban de las ventajas que otorgaba el Mercosur, que ahora se compartirían con la Unión Europea. En la actualidad, el principal proveedor de insumos industriales de Brasil es China, que además también le vende a Argentina, sustituyendo insumos provenientes de Brasil. El comercio entre Brasil, Argentina y Uruguay se mantendrá o ¿se verá afectado por el ingreso de productos provenientes de la Unión Europea?

En este mundo del conocimiento, de las innovaciones, del progreso técnico es imprescindible exportar rubros de alta y media tecnología. ¿Ayudará este acuerdo a diversificar exportaciones, a vender recursos naturales con más valor agregado y más contenido tecnológico? El sueño de crear cadenas de valor regionales o insertarse en etapas superiores en cadenas de valor internacionales, difícilmente se pueda concretar con este tipo de acuerdos. Tratados de esta naturaleza ¿estimularán a avanzar en políticas de ciencia y tecnología, en políticas  industriales y de servicios, en estrategias de desarrollo, para una nueva inserción económica internacional y atender el problema central del empleo productivo?

Mientras nosotros nos liberalizamos, la Unión Europea mantiene sus ayudas a productores agrícolas, sus cuotas de importación, y seguramente sus picos arancelarios, rubros sensible o protección por medidas sanitarias y de antidumping. ¿Valdrá la pena por un leve  aumento de la cuota de carne para su exportación, firmar un acuerdo que podría tener tantos efectos negativos a la actividad industrial, a la exportación de rubros industriales con su correspondiente  complementación de servicios, a la generación de empleo productivo?

Por supuesto el acuerdo contiene los temas nuevos que interesa a los  países  desarrollados  y a las grandes empresas trasnacionales, como los temas de propiedad intelectual, que va a dificultar en el tiempo la producción de medicamentos genéricos o va a aumentar los años para los derechos de autor. El tema de las compras gubernamentales, que le otorgue las mismas posibilidades a las empresas extranjeras, limitará el uso de este instrumento para apoyar a las pymes,  a las empresas públicas,  a la innovación,  a la generación de empleo productivo. ¿ Habrá normas de competencia que afectan los monopolios de servicios públicos a cargo de empresas públicas?. En materia de servicios ¿se incorporarán las normas incluidas en el TISA y que el Frente Amplio ya rechazó? ¿Habrá clausulas trinquete por las que el Estado no puede retroceder si liberalizó, privatizó o desreguló, pero si puede seguir avanzando en esa orientación?

Chile y Perú tienen acuerdos con la Unión Europea. Sería interesante conocer una evaluación de dichos acuerdos. La estructura de sus exportaciones no sufrió  modificaciones y mantienen muy débil nivel industrial con regresiva distribución del ingreso. Samuel Pinheiro Guimaraes expone en “La Unión Europea y el fin del Mercosur” que un acuerdo Mercosur-Unión Europea podría generar la desaparición del Mercosur.

Son todas interrogantes que debemos analizar para la sana discusión de la futura inserción internacional, que no es un tema monopolio de nadie, ni del Poder Ejecutivo  porque está en  juego el futuro del Uruguay. Hay alternativas, aunque los actuales gobiernos de Brasil y Argentina no ayudan mucho para ello. Los Tratado de Libre comercio no son ni buenos ni malos. Depende de sus respectivos contenidos. Deseamos una inserción económica internacional que permita colocar recursos naturales con valor agregado y contenido tecnológico y, sobretodo, participar en cadenas de  valor regionales e internacionales para colocar rubros de alta y media tecnología.

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