Ante los anuncios realizados por el Presidente de la República, Casa Grande declara:

Montevideo, 27 de marzo de 2020

Ante los anuncios realizados por el Presidente de la República en el día de ayer, Casa Grande declara:

1) La pandemia de coronavirus y las medidas para evitar su propagación impactan sobre la economía, el trabajo y la sociedad. Es un auténtico drama que reclama en todos los países más Estado, no menos. En muchos lugares del mundo, quedan de manifiesto las insuficiencias del modelo neoliberal, especialmente en sus impactos sobre el sistema de salud. En el Uruguay, esta pandemia se puede enfrentar con otra confianza, ya que existe un Sistema Nacional Integrado de Salud, equitativo, universal y solidario.

2) Antes de que esta pandemia llegara a nuestro país, el actual gobierno mostró el camino por el cual no se debe ir: tanto el borrador de la Ley de Urgente Consideración como el Decreto 090/2020 -que realiza un ajuste del Estado al barrer- dan a entender que predominará la lógica del ajuste. El gobierno ya ha evidenciado que no entendió esta lección. Ahora, en estos momentos dramáticos para miles de uruguayas y uruguayos, la propuesta para financiar parte del Fondo Coronavirus consiste en reducir ingresos de las trabajadoras y trabajadores del Estado.

3) Además de la prioritaria preocupación sanitaria, el gobierno tiene que poner todas sus energías en reducir los impactos sobre el consumo interno, promover el salvataje de las pequeñas y medianas empresas vinculadas con el comercio y los servicios, sostener financieramente a miles de trabajadores y trabajadoras que hoy ya están en seguro de paro y fortalecer todas las transferencias que sean necesarias para sostener la realidad de las personas en situación de informalidad. El pueblo uruguayo está afrontando los costos del aislamiento social con sus ingresos y afectos: a los problemas de soledad se suma la repercusión económica como angustia en la mayoría de las familias. Las medidas adoptadas hasta ahora no son suficientes.

4) La respuesta del Uruguay tiene que tener una mirada de derechos humanos y de género, centrada en apoyos dirigidos a los colectivos en especial situación de vulneración de derechos y que sufren discriminación o cargan con desigualdades. La respuesta no puede ser ciega a la división sexual del trabajo que recarga el peso de los cuidados en las mujeres o la exclusión social en la que viven las personas trans o las personas migrantes, entre tantas otras. Si así lo fuera reproducirá y agravará las injusticias existentes. Entendemos que INMUJERES debe estar directamente en la mesa de las decisiones. Entendemos también que la urgencia que plantea la situación de crisis no debería justificar la falta de consulta a la sociedad civil organizada -en toda su diversidad- por los medios correspondientes.

5) Hay muchos caminos para cubrir financieramente esta emergencia y promover desde el gobierno mecanismos integrales y robustos de solidaridad. Medidas que impacten sobre el impuesto al patrimonio, mayores gravámenes sobre el capital o la no devolución por este año del FONASA, deberían estar en consideración. El actual esquema tributario permite aumentos del IRPF concentrados en los altos ingresos y rentas, y el gobierno podría hacer propuestas en esta dirección. También se podría adelantar los topes a las altas jubilaciones militares y garantizar la entrada en vigencia de la reforma de la Caja Militar. Frente a un escenario crítico, hay muchos caminos para que la solidaridad se haga efectiva y llegue a quien tiene que llegar.

6) En lugar de eso, el gobierno mantiene su postura de achicar el gasto estatal y de fijar un impuesto a funcionarios y funcionarias públicas, propuesta que creemos insuficiente, injusta y demagógica. Con eso se anticipa un ajuste y se crea la falsa sensación de una redistribución solidaria que no es tal.

7) El Frente Amplio, en el día de hoy, ha propuesto un Plan de Contingencia que abarca cuatro dimensiones que entendemos fundamentales: la atención a la situación sanitaria, la urgencia de adoptar medidas para preservar a trabajadoras, trabajadores y empresas, evitar el aumento de la pobreza y la desigualdad, y fomentar las condiciones para retomar la senda del crecimiento económico. Los aportes de todo el sistema político y de las organizaciones sociales deben ser escuchados en sus planteos y propuestas. Si efectivamente la hora exige acuerdos y soluciones amplias a la altura de las exigencias, el gobierno tiene la obligación de promover un acuerdo nacional, y no un conjunto desarticulado de medidas que sólo servirá para ahondar la recesión.


El San José que queremos

El lunes se dio inicio oficial a la campaña de María Noel Battaglino: Casa Grande apoya con entusiasmo su candidatura a la Intendencia de San José. Cabe señalar que el Frente Amplio en su plenario de diciembre y ratificado por la Convención departamental de enero, designó dos candidatos serios, estudiosos, trabajadores y afincados de alma en San José. Son Pablo Urreta y María Noel Battaglino.

María Noel ha tenido un buen desempeño como Directora Departamental de Salud en los últimos años. Demostró ser capaz de conjugar capacidad técnica y de gestión con claros y firmes criterios políticos; liderazgo en el trabajo de equipo; calidez humana junto con firmeza para tomar decisiones. A su alrededor logra un buen círculo de trabajo surgido de apoyos formales, orgánicos, así como informales, personales. Parece estar surgiendo uno de esos movimientos que entusiasman y que sólo construyen colectivos diversos como la vida misma.

La primera convicción es que el Departamento de San José necesita urgente un cambio político profundo que transforme la convivencia en su territorio. En estos años de trabajo  en la Junta Departamental hemos sido testigos de un desorden y falta de control administrativo que llama la atención. Increíble que se pueda funcionar así a nivel público, con esa irresponsabilidad impune. El presupuesto quinquenal no pasaría ningún examen mínimamente riguroso, ningún organismo internacional lo aprobaría. El Frente Amplio – por supuesto – no lo votó. Gastos y salarios de direcciones y subdirecciones creadas en esta administración, impresentables. Ni qué decir del desorden administrativo y contable que se vio en la Comisión Investigadora por el tema de las funerarias y la deuda que tiene el reelecto diputado Ruben Bacigalupe con la intendencia. Si al lector le interesa, el informe que salió de la Junta es material público (Acta 185 de 2019 en la página web de la Junta Departamental). Una locura. 

Más allá de lo que se puede ver desde la Junta, usted sabe cómo están las calles de su barrio, cómo es la iluminación en su barrio, qué pasa con la limpieza de su entorno. Nuestras ciudades están sucias, desprolijas y en muchísimas zonas, a media luz. En esta época de verano, nuestros balnearios tampoco gozan de la atención necesaria. La limpieza de las bajadas a la playa en Kiyú, también lo denunciamos en su momento. ¡Y mire que son lindas nuestras playas!

¿Y cómo podríamos ser? Ya lo dijo la candidata María Noel Battaglino en la conferencia de prensa: Queremos una gestión transparente y al alcance de la ciudadanía. Que todas aquellas personas que se interesan puedan saber en tiempo real en qué se gastan los fondos públicos. No es una novedad, es ley de acceso a la información pública, se llama Transparencia Activa y hay que cumplirla. Queremos además la participación ciudadana, a través de esa preciosa herramienta que son los presupuestos participativos, elaborando planes con las vecinas y vecinos. Considerar con seriedad la opinión de la gente que vive en cada lugar. 

Queremos un San José sustentable, promotor de modelos de producción que no destruyan la tierra ni contaminen las aguas, porque si destruimos nuestro entorno, las crecidas serán cada vez más grandes y la tierra estará cada vez más lavada. Pensar la sustentabilidad tiene que ver también con la gestión de la basura, cómo educamos para ser más limpios y generar menos residuos, para clasificar en nuestras casas, pero también qué hacemos con los residuos finales, dónde los ponemos y qué valoración hacemos de eso. La contaminación de los cauces de agua está vinculada con esto. 

Queremos un Departamento de San José donde los espacios públicos sean constructores de ciudadanía, donde las plazas, los parques, los lugares de encuentro sean convocantes, accesibles para todas las personas en cada centro urbano y motivo para disfrutar de la ciudad. La posibilidad de encontrarnos nos acerca, la participación nos da voz y la incidencia en lo que se construye nos apropia a ese espacio que luego cuidamos porque es nuestro.   

Algunas de estas pinceladas son las que queremos con la candidatura a la Intendencia de María Noel Battaglino. Mientras tanto, otros se ocupan de leyes urgentes que meten todo en una misma bolsa y desconocen los derechos conquistados. 



Edila Ana Gabriela Fernández. Frente Amplio – Casa Grande. Actriz egresada de la EMAD y Educadora Social. Doctoranda en estudios de Género en la Universidad de Oviedo. Docente e investigadora en el Programa Género y Cultura de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). 


Por un Montevideo más diverso, igualitario, feminista y ecologista.

La Asamblea Departamental de Montevideo de Casa Grande, reunida el día de la fecha, resuelve:

1: Respaldar las candidaturas múltiples en el Frente Amplio para las próximas elecciones departamentales y habilitar a todxs lxs compañerxs presentadxs;

2: Apoyar la candidatura de la compañera Carolina Cosse a la Intendencia de Montevideo por su perspectiva de izquierda, su larga y reconocida trayectoria en la gestión pública, su compromiso con la lucha de las causas feministas; y su visión integradora en la búsqueda de una sociedad más justa y diversa;

3: Reafirmar nuestro compromiso con un departamento más diverso, igualitario, feminista y ecologista.


Intervención Rafael Paternain – Derechos de autor


Penélope en San José

Estoy parada en la esquina de 18 de julio y Sarandí. En la puerta de la biblioteca y mirando hacia el sur. El tránsito fluye por donde había una peatonal que fue levantada, se trata de una de las últimas obras que inauguró el Gobierno Departamental (así con mayúsculas).

Costó sus buenos pesos hacerla. Es oportuno recordar que su construcción se enmarcó en un conjunto ambicioso y caro que modificó el centro. Centro de la capital departamental. Se cambiaron las luces de las calles 25 de mayo y Artigas, se adquirió el edificio del ex banco Caja Obrera, que fue remodelado para hacer lo que hoy es el Centro Cultural, se aumentaron las peatonales de Asamblea y Sarandí, que partieron el tránsito y tan discutidas que ya se deshizo esta parte. Penélope, lo que tejía de día lo destejía de noche. Era por una causa noble.

Saqué la cuenta de algo cuya revisión, a lo mejor, ayudaría al tránsito. ¿Se dieron cuenta que hay 7 puntos por donde se accede a la Plaza 33 y sólo 4 por donde se sale? A simple vista parece que modificar algunos sentidos de las calles ayudaría a descongestionar el centro.

La iluminación de 25 de mayo y de Artigas fue remodelada y ahora estamos esperando que se arregle la remodelación que quedó mal. Pero en el departamento hay zonas que no tienen alumbrado público. Ni bueno ni malo. En otras zonas, la insuficiencia es bastante más grave que en el centro del centro.

La seguridad, la convivencia, el medio ambiente, el uso del tiempo libre, son, a mi juicio elementos centrales para las políticas de un gobierno local, de cercanía real. En esos temas tiene mucho que ver los espacios públicos como las calles, las plazas y los centros culturales. El que tenemos es realmente magnífico. Quedó por el camino el Centro Cívico prometido para Ciudad del Plata y un montón de cosas que no se hacen donde se necesita más sino donde se ven mejor.

A nuestra vieja Plaza 33 le cambiaron la fisonomía con varias reformas, pero al costo de dejar de lado espacios públicos abandonados en los barrios y otras localidades. Lo que se invierte en embellecer el entorno de la Plaza 33 es lo que falta para construir espacios públicos en puntos alejados del departamento.

El sábado pasé por el Parque Capurro recientemente remodelado, funcional, lleno de gente. La política de espacios públicos de la izquierda se puede ver en Montevideo. Si pueden vayan por Ciudad Vieja contra la escollera Sarandí, ahí se ve otro ejemplo. O la Plaza Seregni camino a la Terminal o en todos los barrios donde se imagine. Pruebe una vueltita, verá la diferencia.

Como perla de la corona de Ulises al que esperaba Penélope, se colocó una antena inmensa en el Parque Rodó para agregar más cemento y menos aire libre al atomizado espacio verde (¿?). Estos días de verano intente acercarse al parque una tardecita, ya ni siquiera en fin de semana. Es inviable, le recomiendo quedarse tomando mate en la puerta de su casa. Hace más de un año que propusimos en la Junta Departamental crear otro espacio verde para la ciudad de San José.

Hace pocos días hicimos el planteo además de la necesidad urgente de limpiar y mejorar el acceso a las playas del departamento y su entorno porque el descuido es muy grande. Playa, aire, sol, espacio público, otro ejemplo.

Definir las prioridades en forma democrática y participativa no debería ser sólo un eslogan de campaña electoral sino una práctica cotidiana. Porque la salud, la educación, la vivienda, el empleo, siguen siendo desafíos centrales para cualquier proyecto de desarrollo local endógeno. Hoy hay otras demandas instaladas en la sociedad y tienen valor desde la óptica del Buen Vivir.

En San José, supongo que la democracia también precisa de la alternancia que tanto se reclamó para el gobierno nacional. Me parece que es tiempo de cambiar, aunque no sé si hay suficiente conciencia de ello. Es tiempo de cambiar sí, para no arreglar 30 veces el mismo pozo en el hormigón, mientras las calles en los barrios y los pueblos se caen a pedazos.

Un ejemplo más de tantos. El año pasado no funcionó oficialmente el Parque Costero de Colonia Wilson, el parador estuvo cerrado, la playa no estaba habilitada y no tenía guardavidas. ¿Para qué le exigió la ISJ a UTE su construcción y se comprometió a hacerse cargo de su funcionamiento y mantenimiento? ¿No se habló del tema en la inauguración de la Planta el 11 de noviembre? ¿Qué planes hay para esta temporada?

En San José, por ahora, Penélope es dueña del Perro del Hortelano.

 

Edila Ana Gabriela Fernández. Frente Amplio – Casa Grande.


Casa Grande declara:

La Coordinación Nacional de Casa Grande, reunida en el día de hoy, declara:

  1. Que el resultado electoral del Frente Amplio en la elección de noviembre, pese a ser más favorable de lo proyectado, es una mala noticia para el país en su conjunto: para el pueblo uruguayo, en particular, para las personas más vulneradas; y para América Latina, ya que representa un retroceso sustantivo en derechos en un mapa regional donde se multiplican los gobiernos de derecha.
  2. Que se debe reconocer el importante caudal de votos que obtuvo la fórmula Martínez-Villar en la segunda vuelta electoral así como el papel que han desempeñado la militancia y el frenteamplismo de a pie, la izquierda social y cultural del Uruguay, autoorganizada de las formas más diversas, para conseguir estas adhesiones.
  3. Que estas elecciones nos recuerdan que el desarrollo de conversaciones horizontales y el despliegue de empatías con la ciudadanía toda debe ser permanente, cotidiano y sistemático. Y que esto exige repensar la organización del Frente Amplio como fuerza política nacional, popular y democrática. Como Casa Grande realizamos un especial reconocimiento al empuje militante de la juventud, a su energía y creatividad, sabiendo que es en ella donde late nuestro presente y nuestro futuro.
  4. Que la autocrítica debe ser sincera, fraterna y empezar por casa. No debe servir para cobrarnos cuentas. Debe ayudarnos a volver a fortalecernos “desde el pie” en los años difíciles que nos tocan. 
  5. Que volcaremos todo nuestro esfuerzo en las próximas elecciones de mayo de 2020 para el mejor resultado del Frente Amplio.
  6. Que destaca con orgullo el trabajo parlamentario realizado por Constanza Moreira y Rafael Paternain en representación de Casa Grande en el Senado de la República quienes trabajaron fuertemente por leyes fundamentales y transformadoras.
  7. Que somos un sector joven nacido con la voluntad de realizar un trabajo político permanente para el cual contamos con una agenda que desplegará con energía en los próximos años. El Frente Amplio nos encontrará donde siempre: rebeldes contra el statu quo; críticxs y autocríticxs; feministas, ecologistas, antipatriarcales, antirracistas, antiimperialistas y antioligárquicxs. Partidarixs de un ideal de democracia que no deje nunca de representar su idea original: el gobierno del pueblo. 




La falacia de la alternancia y algunas verdades incómodas

A lo largo de esta campaña, dos proposiciones de supuesto sentido común con ropaje politológico se han intentado instalar en la opinión pública. La primera refiere a la necesidad de propiciar una alternancia en el gobierno y, la segunda, a la disposición a negociar que exhibiría el sistema político si el partido que triunfa en las elecciones no tuviera mayorías parlamentarias propias.

Empiezo por la primera, de gran notoriedad en estas horas, por los dichos de Luis Lacalle Pou frente la comunidad israelita: “Si no hay alternancia, hay dictadura”. Lo expresó ante el Comité Central Israelita, sin reparar en que, entre el público que lo festejaba, seguramente, habría defensores de Benjamin Netanyhau, quien ha sido primer ministro de Israel diez años consecutivos, con una experiencia anterior de otros tres años. ¿Se festeja la alternancia aquí pero no allá? Angela Merkel ha gobernado casi 14 años seguidos en Alemania, Felipe González fue presidente del Gobierno de España durante más de 13 años ininterrumpidos, ¿pero acá sería un problema que el Frente Amplio (FA) fuera reelecto para un cuarto mandato?

¿Dónde y cuándo se festeja la alternancia? ¿Se festeja cuando el gobierno lo perderían los otros, en este caso, el progresismo, la izquierda o el “populismo”, al decir de Julio María Sanguinetti (quien debería tomar clases de ciencia política)? ¿Pero nada decimos sobre los 93 años que gobernó el Partido Colorado en Uruguay? Este país no construyó, precisamente, una democracia sólida y longeva sobre el predominio de la alternancia, sino sobre la predominancia de un partido sobre el otro, el cual aceptó cogobernar como socio menor.

Pero sí, la alternancia es buena. Es buena cuando es efectiva, cuando hay alternancia de bloques de poder en la política, cuando, a veces, ganan los otros (las mayorías olvidadas, los más pobres, ese pueblo que, según algunos privilegiados, todo lo tiñe de “populismo”). Porque una alternancia entre partidos que piensan lo mismo, que gobiernan de la misma manera y con el mismo programa, y que representan los mismos intereses, no es alternancia. Es apenas una mudanza de apariencia, un gatopardismo político.

La segunda proposición del sentido común que se ha buscado instalar es que las mayorías parlamentarias son malas. Pero, ¿acaso la democracia no es el gobierno de las mayorías? Sin duda, las mayorías son buenas. Entonces, ¿qué mayorías son malas?

¿Las del FA, pero no las que, en el pasado, construyeron blancos y colorados juntos? Porque estas fueron las que dominaron la historia del Uruguay del siglo XX. Por supuesto que blancos y colorados desean tener mayorías propias, y ya querrían tener la enorme capacidad de disciplina que tuvo el FA para impulsar su programa propio. No se trata de otra cosa. Tan es así, que el propio Lacalle Pou impulsaría una ley de urgente consideración de 500 artículos para el inicio de su eventual gobierno. Difícil imaginar algo más impositivo para comenzar una nueva administración.

Se necesitan mayorías para gobernar, esa es la verdad más simple. Y cuanto más consistentes sean programáticamente, mejor.

El FA jamás hizo eso. Votó cada ley, buscó negociarla y, en última instancia, la aprobó con sus propios votos. ¡Cuánto buscamos que la oposición nos acompañara en la ley de despenalización del aborto, en el presupuesto nacional para la salud pública, en la creación de la Universidad de la Educación o en la hechura de las políticas sociales! Lo buscamos más allá de la necesidad de sus votos. Nunca tuvimos su apoyo. Pero lo buscamos. Hoy, la oposición dice que, de ganar las elecciones, presentará una de las famosas leyes “totales” con las que nos imponían desde los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta la regulación del juego de mosqueta. En caso de ganar, no solo usarán sus mayorías, sino que pretenderán ser, desde el principio, “una aplanadora”. Es su propia desconfianza de sostener una mayoría propia la que los llevaría a modos de aprobar leyes absolutamente reñidos con la ética y la cultura parlamentaria. Esto ya lo vivimos. No confían en sí mismos. Saben que sus acuerdos están pegados con alfileres. Y que se traicionarán los unos a los otros rápidamente.

Se necesitan mayorías para gobernar, esa es la verdad más simple. Y cuanto más consistentes sean programáticamente, mejor. Una mayoría construida con alfileres sólo se pondrá de acuerdo en lo más mínimo y, por consiguiente, no avanzará en nada bueno.

La alternancia es buena, qué duda cabe. La democracia es un régimen de gobierno en el que “a veces, ganan los otros” y en el que no nos dominan los mismos de siempre. Ese “a veces”, en Uruguay, fue la izquierda. Porque el largo siglo XX uruguayo fue dominando por los blancos y colorados. Nosotros fuimos y somos, aún, el gran intruso en la política. Ellos la dominaron casi siempre.

Estos años han sido nuestra oportunidad. Y no lo hemos hecho nada mal. Al final, eso es lo que se verá en octubre.

Constanza Moreira es senadora del Frente Amplio.


Crónica de un desenlace inesperado

La inesperada votación frenteamplista del domingo 24 dejó un gusto agridulce. Alguien escribió: “Nunca hubo una derrota tan dulce, ni una victoria tan amarga”. A los frenteamplistas, que esperaban verse derrotados por cuatro o cinco puntos porcentuales, el “empate técnico” les permitió recuperar autoestima, entusiasmo e identidad. Aunque ven muy difícil descontar los votos que faltan, sienten que aún no se han ido y “ya empezaron a volver”. Para la coalición opositora, en cambio, ver cómo se retiraban los anuncios del triunfo de Luis Lacalle Pou en las portadas de algunos medios de comunicación y eran reemplazados por un cauto “empate técnico” redundó en pérdida de entusiasmo, dudas sobre el resultado, y la pérdida de la sensación de ser “dueños” de la mayoría del país.

Es por eso que el lunes ganadores y perdedores parecían confundirse en una suerte de “estado del alma” en el que el Frente Amplio (FA) se sentía victorioso (aunque no lo fuera), y la oposición se sentía acorralada (aunque no lo estuviera). La rapidez de los anuncios sobre un posible gabinete, así como los desmanes del Centro Militar –y las amenazas de intervenciones violentas de un ex militar–, deben ser entendidos en el marco de la ansiedad por recuperar el terreno perdido el domingo. También la demanda de un pronunciamiento de Daniel Martínez para confirmar un resultado invoca un simulacro de fuerza, en medio de una profunda interrogante: ¿qué suerte correrá el próximo gobierno con una izquierda tan poderosa y unos aliados tan poco confiables?

Razones de una votación inesperada

Todas las encuestadoras tendieron a converger en una intención de voto de 44% para Martínez-Graciela Villar y de 50% para Lacalle-Beatriz Argimón. A eso se sumaba el magro resultado de octubre para el FA y la casi segura mayoría de 50% que las encuestadoras vaticinaban que tendría una coalición “multicolor” que se había armado rápidamente después de la primera vuelta. Además, la trayectoria anterior indicaba que el FA entre primera y segunda vuelta no conseguiría alzarse con más de 100.000 votos, como indicaban los balotajes de 1999, 2009 y 2014.

La reacción del FA a estos resultados parece haber sido exitosa: la conquista voto a voto que determinó el traspaso de las responsabilidades de los dirigentes a los militantes y simpatizantes en la búsqueda de la empatía hacia los votantes indecisos o que podían eventualmente cambiar su voto algo tuvo que ver con el resultado. También el decidido apoyo del FA a los que venían a votar del exterior y la voluntad de los miles que vinieron a sufragar el domingo.

Sin embargo, el resultado no ha sido bien explicado hasta ahora, y quizá sea muy difícil ensayar una explicación única. Tres factores han sido enunciados en diversos análisis.

El primero, es un error de las encuestadoras. Con raras excepciones (Opción Consultores), las encuestadoras explicaron su error de predicción basándose en un desplazamiento de votantes hacia la fórmula Martínez-Villar en la última semana (el “efecto Atocha” de Óscar Bottinelli). Más allá de las dificultades de explicar la varianza electoral por acontecimientos determinados y, más aun, producidos en las últimas horas antes de la votación, lo cierto es que las encuestadoras no previeron un resultado tan ajustado. Cabe consignar que dos de las más importantes y serias tuvieron la responsabilidad de comunicar que estábamos ante una elección más pareja de lo esperado. De lo contrario, si hubiera triunfado la idea de aferrarse a sus datos anteriores, lo más probable es que los medios hubieran anunciado abiertamente el triunfo de un candidato que sólo más tarde se vería comprobado. Ahora bien, ¿por qué razón encuestadoras que habían anunciado con tanta fiabilidad los resultados de octubre, mucho más complejos que la elección puramente binaria de noviembre, le erraron? Era más fácil errarle al resultado del Partido Colorado o al de Cabildo Abierto en octubre (que rondaban el 10%) que al resultado de una elección entre fórmulas.

El segundo factor es la campaña propiamente dicha. En este pesan dos consideraciones. La primera es el éxito del FA en su campaña voto a voto, y la teoría de la “espiral del silencio” que indica que el voto vergonzante (el voto “oficialista”) estuvo subestimado en la proyección de datos de las encuestadoras. La segunda, y muy especial, consideración la merecen las declaraciones de Guido Manini Ríos, así como el repudio que generaron en una buena parte de la población, lo que se sumó al silencio que la coalición “multicolor” mantuvo sobre esto. Esto podría haber tenido impactos sobre el “clima de opinión”, que hoy resulta difícil estimar. Al mismo tiempo, las afirmaciones emanadas del Centro Militar, en clara actitud confrontativa, más propia de los años de la Guerra Fría que de la época actual, fueron leídas en clave complementaria con el mensaje de Manini. Pero eso, ¿cómo pesó?

La paradoja de esta elección, caracterizada por la contienda entre dos candidatos (o fórmulas), es que los liderazgos, en última instancia, pesaron poco en la creación de los climas emocionales que dominaron la campaña. El FA había elegido el mensaje de que “dos modelos de país” se confrontaban, y fue tremendamente exitoso en eso. La oposición había optado por “el cambio” (y, bajo cuerda, por el “se van”) y también fue exitosa en su mensaje. Los candidatos apenas simbolizaban estas perspectivas más amplias, más dramáticas, más políticas. Tómese nota para un análisis simplista de los balotajes como contienda de gladiadores en la arena. Tiene que ver con cualquier cosa menos con eso.

Sólo muy pocos compartirían un armado de gobierno que les dé a ex militares la posibilidad de colonización de áreas enteras de la política social, que hoy son regidas, justamente, por la agenda de derechos.

Lo que parece claro que triunfó en este último mes no es precisamente “la esperanza”, sino el miedo. El miedo a un gobierno de derecha, ya no conocido (como las viejas coaliciones entre blancos y colorados), sino parcialmente desconocido (por la inclusión de partidos de extrema derecha), despertó una gran ansiedad en muchos electores. El clivaje izquierda-derecha parece haber sido reemplazado por uno muy anterior, respecto del cual los uruguayos guardan una memoria de luto: el clivaje civiles-militares. La democracia fue el gran aglutinador y el consenso debajo de toda la contienda. Todos salimos a defender la democracia.

Y todos festejamos que en una elección tan reñida, y cuyos resultados aún no se conocen, la democracia esté indemne. Viendo los anuncios de fraude realizados a lo largo y a lo ancho del continente, es una gran cosa que nadie dude del funcionamiento de las democracias, los partidos y la Corte Electoral.

Más allá del desenlace final, la coalición deberá tomar nota de que la defensa de los derechos humanos y la agenda de derechos aún constituyen el núcleo duro de una política posible en la escala de la democracia uruguaya. Y sólo muy pocos compartirían un armado de gobierno que les dé a ex militares la posibilidad de colonización de áreas enteras de la política social, que hoy son regidas, justamente, por la agenda de derechos.

Para el FA, una enorme lección. El despliegue de miles y miles de simpatizantes comunes que sintieron que debían esforzarse por conquistar los votos que el FA no tenía habla bien de la fuerza cultural de la izquierda, más allá de sus organizaciones. Si el voto a voto triunfó fue porque el FA abrió una puerta para que militantes no orgánicos, nucleados en torno a sus preferencias (músicos, abogados, trabajadores de la salud, deportistas), y no a una estructura, pudieran ser los protagonistas de su propio destino.

Si esto fuera así, el desafío del FA para los próximos años será transformar toda esa movilización en organización (de otro tipo) y canalizar toda esa energía que se puso a disposición para la política y que defenderá los derechos conquistados. El FA mostró que tiene músculo para la resistencia y la esperanza, un músculo que no parece hoy haberse debilitado tanto en los años en que bases y partido estuvieron defendiendo al gobierno. Si esto fuera así, larga vida al FA y a las izquierdas que acudieron en su ayuda.

Constanza Moreira es senadora del Frente Amplio.


Nuestras hijas

Nacieron en los comienzos del siglo XXI. Han tenido la suerte de crecer con varios privilegios y la desdicha de no conocer algunas privaciones.

Nacieron en medio de la revolución tecnológica y digital y no saben lo que supone rebobinar un casete con una Bic. Escucharon a los Cantacuentos, que a las madres nos hacía acordar mucho a Canciones para No Dormir la Siesta. En las películas de Disney aparecieron princesas como Mérida que desafiaron a la autoridad y la tradición y en medio de su tránsito por la infancia y la adolescencia estalló el movimiento feminista a nivel global.

Las hemos educado como mujeres pensantes, críticas y empoderadas. No es nada fácil, por cierto, cuando el consumo y el capital nos bombardean para quedarnos en “la chiquita”, comprando desde casa cosas nuevas y escuchando reguetón. No es nada fácil hacer entender que hay otras maneras de concebir el mundo, cuando estás planteando caminos que van para el lado opuesto al que va “la manada”. Educar en derechos en la vida cotidiana tiene eso de contradicciones a cada minuto, de discusiones eternas y de momentos en que no sabemos si lo estamos haciendo bien. Intentar otros modelos de crianza que aporten a una mejor sociedad, nos enfrenta a negociaciones y equivocaciones, nos hace remover nuestra propia subjetividad y reconocer nuestros errores.

Aquí están, algo debemos estar haciendo bien cuando son capaces de denunciar si hay límites que otros sobrepasan en sus cuerpos. Nuestra generación lo calló, nuestras hijas lo expresan porque saben que les creemos.

Aquí están, algo debemos estar haciendo bien cuando el año pasado entendieron de primera que la ley integral Trans era impostergable porque restituía derechos y cuando hace unas semanas salieron en masa a contestarle al electo diputado: “Bancátala vos”.

Aquí están, algo debemos estar haciendo bien cuando luego de militar por el No a la Baja, se dieron cuenta, el mismo día, que algo mucho más grande estaba en juego y llenaron los comités del Frente Amplio y pensaron juntas y juntos, qué hacer. Fue cuando llenaron las calles de militancia, no importa si les daba la edad para votar o no.

Cuando mucha gente enunciaba que “los jóvenes no se interesan y no participan”, allí estuvieron para darles(darnos) una linda bofetada. Estas, nuestras jóvenes y ellos también, que crecieron con derechos, comprometieron horas, hicieron barriadas y dieron pelea. A no confundirse, quienes estamos entre los cuarenta y tanto y los cincuenta y tanto, somos el grupo de menor adhesión al proyecto político del Frente Amplio.

Aquí están, algo debemos estar haciendo bien, porque siguen defendiendo y conquistando derechos y libertades. Ahora más que nunca tenemos que estar también nosotras, codo a codo, cuidándolas si se complica. Tenemos que estar para contagiarnos que sí se puede, que somos capaces de dar vuelta la historia. Algo tenemos que seguir haciendo porque para ellas esto no es un recreo y no quieren que termine.

Edila Ana Gabriela Fernández. Frente Amplio – Casa Grande.

 


Ante el golpe de Estado en Bolivia, Casa Grande declara:

Ante el golpe de Estado perpetrado en el hermano Estado Plurinacional de Bolivia, el pasado domingo 10 de noviembre, Casa Grande declara:

(1) Su más enérgico rechazo a dicho golpe de Estado.

(2) Su solidaridad con el presidente Evo Morales, quien ha sido presionado para renunciar a su cargo por parte de cuerpos armados policíacos y militares y por grupos civiles antidemocráticos.

(3) Su exhortación a que la comunidad internacional condene dicho golpe de Estado y clame por el inmediato reestablecimiento del Estado de derecho en Bolivia.

(4) Su exhortación a que se celebren elecciones libres, sin proscripciones y con todas las garantías, tal como el presidente Morales había convocado antes de verse obligado a presentar la renuncia a su cargo.

(5) El más absoluto rechazo a la violencia desatada en Bolivia y a las ominosas expresiones de odio y racismo que han irrumpido en los últimos días contra representantes del gobierno del MAS, mujeres indígenas y civiles movilizados.

(6) Su honda preocupación por que actos tan violentamente antidemocráticos y rupturistas del orden constitucional, como los que están sucediendo en Bolivia, no sean condenados por gran parte de los partidos de oposición en Uruguay.