“Y esa verdad será que no hay olvido”



Casa Grande dijo presente a la hora de reivindicar los sitios de la memoria como lugares indispensables para la construcción de nuestra identidad nacional. El martes 5 se votó por la mañana en el senado el proyecto de ley sobre declaración y creación de sitios de memoria histórica del pasado reciente y por la tarde la Junta de Montevideo homenajeó al Museo de la Memoria por sus 10 años.

La senadora Constanza Moreira se refirió al proyecto de ley sobre sitios de la memoria como indispensable para la construcción de nuestra memoria histórica: “Creo que hay que contar toda la historia, reflexionar sobre ella y conversar en voz alta –y entre todos– sobre los abusos que sufrió el pueblo uruguayo en esto que hoy llamamos el «pasado reciente», que también es una construcción de palabras para nombrarnos. Me parece que, sin eso, se corre el riesgo de que las nuevas generaciones olviden y que todos olvidemos refugiándonos en el falso alivio de no tener que volver a pasar por el corazón –«recordar», ricordi– la historia amarga de nuestros días pasados; es el olvido de siempre una falsa promesa de paz.”

Recordó que los sitios de la memoria son los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura o exterminio o donde sucedieron hechos emblemáticos del accionar de la represión ilegal en la dictadura: “a veces recordamos la historia por los héroes, pero la historia está llena de víctimas; en realidad, hay mucho más víctimas que héroes. Me refiero a víctimas por el abuso de poder del Estado y hay que nombrarlas así”.

Agregó que la función de los sitios de la memoria es denunciar, hacer saber, notificar y nombrar. Pero al nombrar no convocan solamente a la emoción o al pensamiento, sino que llaman a la mirada, a eso que se ha denominado «procesos de lugarización» en el espacio urbano y en la memoria colectiva. Es dar una carga simbólica a ese espacio, a ese microterritorio como un lugar para hacer memoria, destinado a la memoria. “Creo que estos sitios también tienen el objetivo de hacer una trasmisión intergeneracional de nuestra historia.”

“Dice Elizabeth Jelin: «la memoria y el olvido, la conmemoración y el recuerdo se tornan cruciales cuando se vinculan a acontecimientos traumáticos de carácter político y a situaciones de represión y aniquilación, o cuando se trata de profundas catástrofes sociales y situaciones de sufrimiento colectivo. En lo individual, la marca de lo traumático interviene de manera central en lo que el sujeto puede y no puede recordar, silenciar, olvidar o elaborar». Aquí quiero hacer un reconocimiento, sobre todo a las mujeres, por su tarea de recordar en la larga serie de libros que se llamó Memoria para armar, que era una manera de hablar, de recordar y de reelaborar colectivamente ese sufrimiento que a veces es tan grande, que requiere silencio.”

Un merecido homenaje

La edila de Montevideo por Casa Grande Mariana Felártigas expresó unas palabras en el acto de homenaje al Museo de la Memoria donde recordó que el sábado 10 de diciembre, se celebran 10 años de la inauguración del Museo de la Memoria. Una vieja casona, monumento histórico nacional, que en otras épocas ofició como casa quinta del presidente Máximo Santos y su familia, abrió sus puertas al público hace ya casi 10 años, cerrando así, la primera etapa, la de su “fundación”, como lo atestigua el informe general publicado por el mismo Museo en 2010.

“El Museo de la Memoria, este rincón de Montevideo, es una clara respuesta a quienes defienden al olvido como estrategia y creen que el transcurso del tiempo es la única forma de superar los problemas derivados de la violencia política que sufrieron miles de uruguayos durante la dictadura. Quienes defendemos el recuerdo, lo hacemos en señal de resistencia, para desmentir, una y otra vez, desde la denuncia la “historia oficial” que el poder de la época pretendió instalar a través del miedo. Esta memoria como actividad social que construye y reconstruye el pasado, está presente en nuestra vida cotidiana, en la literatura, en diversos textos de análisis político, de investigación, en libros de poemas, en novelas, en el cine, en la música, en el silencio de las marchas del 20 de mayo y en las niñas y niños que se suman cada año, hijos de nuevas generaciones nacidas bajo democracia pero no por ello, ajenas al período más oscuro de nuestra historia.”

Para finalizar cerró el homenaje de la misma manera que Moreira lo hizo más temprano en el Senado: con las palabras de Mario Benedetti en su poema “el gran simulacro”:

“El día o la noche en que el olvido estalle

Salte en pedazos o crepite /

Los recuerdos atroces y los de maravilla

Quebrarán los barrotes del fuego

Arrastrarán por fin la verdad por el mundo

Y esa verdad será que no hay olvido”

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