El sábado 21 de julio se realizó la Asamblea Ciudadana de Casagrande, con el exclusivo objetivo de evaluar y aportar nuevos elementos a las bases programáticas del Frente Amplio. Casa Grande, lista 3311, es liderado por la senadora Constanza Moreira, filósofa y politóloga de muy alto nivel y una de las principales referentes de los cambios generacionales en el FA. Casa Grande es un movimiento con muy alta participación de mujeres, incluyendo referentes importantes de los movimientos feministas. Uno de sus grandes objetivos es la búsqueda, por diversos caminos y distintos instrumentos, de avanzar hacia la equidad de género. Casa Grande cuenta con una elevada participación de jóvenes que intentan enfrentar las desigualdades generacionales, entre las que destacan la elevada tasa de desocupación de los menores de 29 años. En la Asamblea se planteó la necesidad de aumentar el gasto social en niñez y adolescencia. La política del movimiento pone mucho énfasis en la defensa de los derechos ciudadanos, de los derechos humanos. Entre ellos se destacan la diversidad sexual y de género. Casa Grande cuenta además con un equipo de muy buen nivel en el tema medioambiente con aportes relevantes a los debates. Otro tema donde Casa Grande marca diferencias es sobre el papel de las Fuerzas Armadas.
En el ámbito parlamentario, además de la destacada actuación de la senadora Moreira en diversos temas, Casa Grande ha tenido alta presencia y participación en dos temas: la seguridad y la política internacional a través del acuerdo comercial entre Uruguay y Chile. Se actúa con mucha convicción y con el convencimiento de que se están realizando aportes significativos al Frente Amplio.
En materia económica se considera imprescindible avanzar en la elaboración e implementación de una estrategia de desarrollo, marcando las bases de una nueva estructura productiva, eligiendo los sectores, rubros y actividades que deben tener prioridad. En declaraciones públicas del equipo económico de gobierno se manifestaba que no había que elegir los sectores a priorizar, porque ello era tarea del mercado. Nosotros entendemos que es central la elección de esos sectores y rubros con el objetivo de mejorar la inserción económica internacional y resolver los problemas del empleo. Para un país pequeño como el Uruguay, con un mercado interno muy limitado de 3 millones de habitantes, la inserción económica es central para el crecimiento económico y para atender el desarrollo del país. En la actualidad, Uruguay exporta recursos naturales al mundo, mientras que el 70% de sus exportaciones a los países del Mercosur son de rubros manufactureros. Las exportaciones al mundo se realizan sobre rubros agropecuarios y forestación. En algunos casos, como el de la carne, con avances tecnológicos importantes como el de la trazabilidad, pero en general con bajo valor agregado. Uruguay por muchos años va a seguir exportando recursos naturales, pero sería relevante que en el futuro pudiese incorporar avances tecnológicos y valor agregado. Pero colocar en el exterior solamente recursos naturales no resuelve un tema central para el desarrollo que es el del empleo productivo. Por ello, es necesario avanzar en cadenas de valor regionales, donde se puedan exportar rubros de alta y media tecnología. Para ello es imprescindible la complementariedad productiva regional, especialmente con Argentina y Brasil. En el Mercosur no hubieron avances significativos sobre estos temas. Hoy no se dan las condiciones políticas requeridas para avanzar en esta ruta. Pero es un gran tema de mediano plazo para encarar políticamente y con la participación necesaria de los empresarios de la región.
El otro gran tema que debe atender la estrategia de desarrollo y la nueva conformación de la estructura productiva es la atención de los problemas del empleo, variable central y fundamental para avanzar hacia el paradigma de la igualdad. Hay que elegir los rubros y sectores que son más generadores de empleo directo e indirecto y atender muy especialmente los procesos de avances tecnológico como la robotización, la inteligencia artificial y la automatización en general. Estos cambios tecnológicos generan nuevos empleos más calificados, pero también sustituyen otros empleos que tendrán que encontrar nuevas colocaciones.
En el período pasado en el Ministerio de Industria se avanzó en evaluar y promover determinados complejos productivos entre los que estaban los alimentos, la bioeconomía, la energía renovable, las TIC, forestal, madera y celulosa e industrias creativas. Estos complejos se actualizan en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto con la intención de seguir avanzando en la elaboración de una estrategia de desarrollo. Sería muy relevante evaluar estos complejos productivos para ver si pueden ser la base de nuevas exportaciones con más valor agregado y contenido tecnológico, si pueden ser parte de cadenas de valor regionales para colocar rubros de alta y media tecnología y si pueden atender los problemas de la desocupación abierta, del subempleo, de la informalidad y la precariedad en el empleo.
La existencia de una estrategia de desarrollo permitirá que en la política macroeconómica de corto plazo, no solamente se atiendan los problemas financieros sino también la promoción de los rubros prioritarios que derivan de la estrategia, con las políticas sectoriales correspondientes. La propia estrategia deberá contemplar los cambios necesarios hacia la redistribución de ingresos con empleo productivo, salario real, gastos sociales y modificaciones tributarias, como impuestos al patrimonio, a las herencias, a las rentas del capital y en el propio Irae.